Larry Levan es un nombre que suona fuerte en la cultura disco, es y será siempre muy importante. Cada D.J. le tiene algo que devolver, pero la emoción que esta arte provoca no es transferibile, es demasiado personal.
Escuchando las las intervistas de sus ex compañeros de trabajo, parece resaltar el aspecto más humano de quien ha sido una estrella detrás de los platos.
Cuando la luz y los amplis se apagan resuena solamente un largo y delgado pito en las orejas y un silencio humano que devuelve cada uno en un estado normal.
Es natural pensar como debe ser intensa esta fase a altos niveles. Non es facil gestionarla, es un desafio personal, sobretodo cuando se pasa a ser un instrumento privilegiado, en aquel mundo que controla todo, pero no el gran desgaste de energias que exige toda una noche y toda una carrera.
El tiempo corre de prisa, las tendencias se consuman compulsivamente, y no llenan la satisfacción de vivir los fenomenos plenamente. Tal vez deberiamos no precepitarnos, no dejarse llevar tan largo da las corrientes.
Lerry Levan tuvo que pagar un alto precio para ser un mito e ser despues miticizado. Creo que tube la intuición de como el tiempo llevase inesorabilmente a un margen también a su figura, y en su ultimo tour de Japon poco despues los 90, dejó una rifleccíonion muy humana y personal de su transito in este mundo con una canción de los Trsamps.
“where do we go from here“
Después su salida lo que queda es solo musica……..y polvo de estrellas.